Con la “moda” de la nube, que ha llegado a todo el mundo, se suelen escuchar las mismas cosas por todos lados, dicen los vendedores: “Es que está en la nube”, y por ende asumen los clientes potenciales que el servicio cumple mágicamente todos los requerimientos técnicos. Que está en un lugar donde todo es posible y todo se puede, “¿Por qué?” Le preguntas a quien le contratas “Porque está en la nube” responden. Y no es que esto no pueda ser cierto o este alejado de ser real, pero cada caso es muy particular, cada necesidad es especial y como tal no todos calzamos la misma talla de zapato. Como ejemplo deseo relatar la siguiente experiencia mientras he estado ejerciendo mi oficio como consultor de tecnologías de la información.

Una empresa con 250 puntos de venta se adentra en la aventura de poner en marcha un nuevo ERP, definido asimismo como “Cloud-based ERP Software”, básicamente un ERP en el esquema Software as a Service (SaaS). Para tal aventura fue necesario realizar una carga histórica inicial y posteriormente una vez iniciada la operación, se inició con el proceso de carga de datos provenientes de los múltiples puntos de venta. Para la realización de las anteriores tareas se requirió extraer, transformar y cargar toda la información en el ERP a través de un servicio web (WebService). Fue allí donde empezaron a florecer las limitantes que puede tener la selección no adecuada de un servicio SaaS. Para este caso en particular:

  • ­Límite de conexiones simultáneas
  • Límite de cantidad y tamaño de la información que era posible cargar
  • Límite de CPU y RAM del servicio
  • Límites del tipo de transacciones a las cuales se puede acceder
  • Limites según el horario

Recordemos, estamos en un esquema de software como servicio (SaaS) donde se comparte el servicio con otros clientes, donde lo que el proveedor te ofrece es solo un servicio y no una plataforma (PaaS) o una infraestructura (IaaS). Un SaaS  es un software que está implementado sobre una nube, compartida con múltiples usuarios, compartiendo los mismos recursos de almacenamiento, memoria y procesador.

No es un IaaS donde nosotros como clientes ponemos los límites, donde de ser necesario se incrementa las capacidades de CPU o RAM, bajo demanda, donde lo que compartes es la infraestructura y no el servicio. Donde se puede tener una máquina virtual que puede crecer o disminuir según las necesidades. Donde el cliente podría instalar una base de datos y el mismo se encarga de administrar todo el ciclo de vida, donde el cliente es responsable de las actualizaciones, mantenimiento, etc.

No es un PaaS donde se asume que se podría tener acceso al repositorio de datos y cargarlos directamente, sin límites, como por ejemplo un SQL Azure. Un PaaS donde sería posible desarrollar tu propio sistema y tú incluirías los límites que creas necesario para mantener la operación de tu negocio.

Y con esto no quiero dar a entender que todos los SaaS trabajen igual, no sirvan o sean un desastre, simplemente que no es para todos y tampoco para todas las necesidades. En nuestra vida como consultores nos encontramos con una infinidad de clientes, con diferentes tamaños, sabores y colores. Que tienen múltiples requerimientos, los cuales suelen cambiar constantemente ¿o soy al único que le ha pasado? Estos tamaños, colores, sabores y requerimientos serán los que a nosotros nos ayuden a recomendar el mejor modelo de nube que nuestros clientes necesitan.